IV. Tercer principio de la filosofía pop: inmanencia


Hemos entrado sin anunciarlo explícitamente al tercer principio de la filosofía pop, la inclusión de la cultura popular. Antes de continuar con este punto es necesario decir algo acerca del otro punto de vista sobre el afuera, el “afuera absoluto”. Este remite ya no simplemente a la exterioridad heterogénea con la que toda disciplina se relaciona y de la que la cultura popular expresa su último límite. Yendo más allá de todo límite, de toda categoría, significante, concepto, lenguaje, discurso, es decir, fuera de toda representación organizada del mundo, nos enfrentamos al afuera absoluto. Este es simplemente lo Heterogéneo, o el Silencio. Parménides lo confundió con el No-ser, porque no se dio cuenta que la negación y la nada son ideas introducidas por la mente humana, pues en la naturaleza todo es positivo, pura Vida. Pero sí es cierto que hay algo que no se puede pensar, que no se puede conocer y que no se puede decir: el afuera absoluto o el mundo sin el hombre. Darse de cara con el afuera absoluto es enfrentarse al límite de la racionalidad, es, como decía Melville, conducir al pensador hacia esas profundidades de las que regresa -si regresa- con los ojos inyectados de sangre y con los tímpanos reventados. Lo que se ve y se escucha ahí es lo que no se puede ver ni escuchar. Lo que se piensa es, paradójicamente, lo que no se puede pensar. El afuera absoluto es, pues, el límite de lo humano, pero justamente por ello la fuente desde la que todo lo humano surge. Así, pues, la filosofía pop busca reconectarse con la cultura popular para escapar de la Forma de Interioridad de la Filosofía y recuperar un poco de la Potencia de la Inmanencia desde la que ella, así no le guste a Platón, nació. Y es a través de la conexión con lo popular que se hace posible, aunque con dificultad, el acercamiento al afuera absoluto. Solo quien ha dejado la seguridad de la Forma para entregarse a la contingencia del Devenir puede alcanzar, tras muchas lágrimas, el Afuera… un nuevo nacimiento.

Hasta ahora hemos señalado cómo funciona (principio de agenciamiento) la filosofía pop, hacia dónde se dirige (conexión con el afuera) y algo hemos dicho sobre qué es lo que debe pensar (inclusión de lo popular). Para cerrar esta sección me detendré brevemente en este último punto para ejemplificarlo. Slavoj Zizek es tal vez en la actualidad el filósofo más conocido que ha llevado más lejos la inclusión de la cultura popular en la reflexión filosófica. Zizek tiene como base de su pensamiento la filosofía de Hegel y el psicoanálisis de Lacan. Es hegeliano y lacaniano. Sin embargo -y es esto lo que me interesa-, para poder analizar, explicar o simplemente usar a Hegel, a Lacan o a cualquier otro filósofo lo que Zizek hace es mezclarlo, conectarlo, agenciarlo con algún elemento de la cultura popular. Célebre es la remisión constante de Zizek al cine: desde éxitos de Hollywood como Matrix hasta directores clásicos como Hitchcock. Zizek nos explica el capitalismo a partir de un film, las perversiones o el funcionamiento de las fantasías a partir de Michael Jackson, los conceptos básicos de Lacan a partir de un conjunto de películas de Hitchcock, como ya adelantamos; o la ideología en función de los tipos de wáter: el francés, el alemán y el americano. Lo que hay pues, en el caso de este filósofo, es la efectiva materialización de un modo pop de hacer filosofía.

Otro caso significativo es el del filósofo francés Michel Onfray. Este, instruido por el pensamiento de Deleuze, en el año 2002 se separó de la enseñanza tradicional y fundó en Caen (Francia) la Universidad Popular de Filosofía, universidad que busca romper, desde el plano institucional y político, la forma de interioridad de la filosofía. Acá no hay títulos, ni jerarquías, ni requisitos, solo la intención y el deseo de pensar libremente. Es una representación, como el mismo Onfray dice, del Jardín de Epicuro, no de la Academia de Platón. Es un espacio democrático, abierto para todo aquel que desee hacer filosofía y que busque conectar el pensamiento con la cultura. Ambos son casos paradigmáticos del devenir de la filosofía en la actualidad; así como ocurrió con el urinario de Duchamp y el posterior desarrollo del arte pop de Warhol, en la filosofía se están abriendo agujeros por los que podrá fluir un poco de experiencia, un poco de cultura popular. Y esta es una forma de democratizar la filosofía, y por ello de activar el pensamiento. El arte ya está en la calle, la gente hace arte; ¿la filosofía por qué no?[1]

Enlace a los seminarios que se dictan, gratuitamente, en la Universidad Popular de Filosofía (Caen, Francia): http://pagesperso-orange.fr/michel.onfray/Intervenants.htm


[1] En Francia están apareciendo intelectuales y filósofos que específicamente buscan desarrollar un proyecto de filosofía pop en la misma línea que nuestra propuesta. Véase, por ejemplo, el evento organizado en Marseille: “La semana de la filosofía pop” (http://www.lesrencontresplacepublique.fr/web_acappella/). También véase el libro publicado por Mehdi Belhaj Kacem et Philippe Nassif llamado justamente Pop philosophie (http://www.evene.fr/livres/livre/mehdi-belhaj-kacem-et-philippe-nassif-pop-philosophie-15011.php)

1 pensamiento sobre “IV. Tercer principio de la filosofía pop: inmanencia”

  1. alex dijo:

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