Etiquetas
cuerpo, fantasía, Friedrich Nietzsche, ideal, Marco Aurelio Denegri, masturbación, Platón, real, sexo
Hace mucho tiempo escuché en la televisión al sexólogo sabelotodo Marco Aurelio Denegri afirmar lo siguiente: “las relaciones heterosexuales son las más disfuncionales; las homosexuales lo son menos; y, la que nunca falla es la relación auto-erótica: la masturbación”. No hay, sostenía, en condiciones normales, una masturbación que falle. Infalibilidad absoluta. 100% de efectividad. Esta singular y muy significativa cuestión nunca me terminó de cuadrar. No porque no me pareciese verosímil, de hecho, mi propia experiencia casi la confirma (y piensen, queridos lectores, en sus propias experiencias); en realidad, nunca me cuadró del todo porque no sabía cuál era su explicación. Y como buen filósofo siempre le planteo un por qué a la vida, y exijo que me responda.
En todo caso, por épocas recordaba la cuestión, y luego pasaba al olvido. Así fue transcurriendo el tiempo. Hasta que hace unos días algo ocurrió, y fue precisamente en terapia. Fue una experiencia interesante ir a mi última sesión de psicoanálisis después de haber pasado la noche formando parte de la cohorte de Dionisos, rodeado de sátiros y de ninfas, de alcohol y de humo. Aún con la vibración en el cuerpo, pleno de intensidades en la carne, pero ya con la conciencia despierta -aunque no atenta- me desparramé en el sofá. Mi primer pensamiento fue: “nunca he llegado 15 minutos tarde como hoy, ¡maldición!”. El segundo: “la masturbación es platónica…”. Esta idea -que no tematicé explícitamente en terapia, pero de la que sí hablé con mi hermana algunas horas después (quien, dicho sea de paso, es psicoanalista)-, en conjunción con mi experiencia nocturna, me hizo recordar la afirmación de Marco Aurelio Denegri. ¡Y claro! La respuesta a la pregunta que tanto me rondaba la mente estaba ante mis ojos: la masturbación era platónica y eso explicaba que fuese absolutamente funcional, ideal.
La masturbación es platónica entonces. Seguramente todos han oído hablar alguna vez de la famosa “teoría de las Ideas” del filósofo griego Platón. Según este pensador, existen dos mundos: por un lado, este mundo concreto que conocemos, en el que habitamos y actuamos los seres humanos, y que se caracteriza por la negatividad de la materia: imperfecta, temporal, caduca, corrupta, finita, etc.; por otro lado, existe un más allá, perfecto, eterno, ideal, pleno, que escapa a la degeneración del mundo material (algo así como el cielo de los cristianos). La cuestión cae por su propio peso: ¿qué hacemos al masturbarnos si no es ubicarnos en un más allá ideal? ¿No son las fantasías con las que jugamos en nuestra mente representaciones perfectas de aquello que deseamos? Es justamente esa perfección del objeto de deseo masturbatorio el que hace que esta nunca falle, ¿cómo podría no ser exitosa? La única opción que se me ocurre es un auto-boicot, es decir, que generemos una fantasía que no sea ideal y que, por lo tanto, nos cause algún tipo de insatisfacción, malestar o sufrimiento. Evidentemente, en este caso el acto se verá perjudicado, pudiendo ser disfuncional. Pero la mayor parte de las veces eso no ocurre.
Si la masturbación es platónica -y por eso ideal-, las relaciones sexuales concretas con un ser humano del sexo opuesto son nietzscheanas. Nietzsche, filósofo alemán del siglo XIX, dirige todo su proyecto crítico al idealismo fundado por Platón y Sócrates, pues considera que este al afirmar la existencia de un mundo trascendente perfecto le está negando al mismo tiempo plena realidad a este mundo (y a este cuerpo) que habitamos. Para Nietzsche, la creación de ese otro mundo ideal es expresión de individuos que no soportan la existencia tal cual es, con toda su imperfección, con el dolor, el sufrimiento, la conciencia de la muerte, etc. Solo quienes no han comprendido el sentido trágico de la vida, quienes no aman la tierra, pueden atreverse a postular otra vida. Son débiles, incapaces de gozar la existencia, impotentes para afirmarla tanto en el dolor y en la alegría. Se refugian en su fantástica realidad ideal. El sexo, evidentemente, no es ideal. Es plenamente material, corporal, expresión de fuerzas e intensidades. En la relación sexual nos enfrentamos a lo real en el cuerpo del otro. La alteridad radical de la eventual pareja nos impide controlar, conocer, nos impide asegurarnos para alcanzar un “final feliz”. Nunca sabemos qué encontraremos: qué gestos, movimientos, olores, texturas, palabras, etc., saldrán a nuestro encuentro para sorprendernos. El otro como fuente de lo desconocido, de misterios; el otro como signo, como experiencia abierta, como afuera absoluto. Evidentemente, solo cuando nos entregamos a la experiencia de lo ajeno e incógnito podemos fallar. Y de hecho, fallaremos una y otra vez, pues no sabemos cómo recorrer el camino, pues no conocemos el camino, pues el camino está siendo trazado en cada instante, con cada paso.
La masturbación, por platónica, no es disfuncional. Pero claro, es tibia. Ahí nomás. Está bien, pero seguro sentimos que algo le falta. Y lo que le falta no es más que la densidad propia de la realidad. La fantasía ideal nunca nos decepcionará, de eso estamos seguros. Pero tampoco nos llevará muy lejos, pues no tiene una conexión efectiva con las fuerzas e intensidades que recorren y mueven la vida. Nos mantiene en una segura medianía. La relación sexual efectiva, por el contrario, está plagada de vitalidad. Y la vitalidad es impredecible, puede encenderse y llevarnos a lugares insospechados (y terminaremos diciendo cosas como: “yeah, yo quiero el shampoo que ella está usando”)… pero también puede simplemente apagarse como un cigarro mojado. En todo caso, el riesgo de perder solo existe cuando también podemos ganar. Y eso solo nos lo ofrece la tierra y el cuerpo. No las ideas.
Pero, si la masturbación es platónica y el sexo heterosexual nietzscheano, ¿dónde queda el homosexual? ¿Y las demás posibilidades? Habrá que seguir pensando, ¿experimentando?
Analucía dijo:
Alejandro:
No entiendo por qué habría que colocar al sexo homosexual como una categoría distinta al del sexo heterosexual. Me parece que todo lo que mencionas como característica del sexo heterosexual que planteas como nietzscheano, bien podría aplicarse también al sexo homosexual (el otro, la pareja, la noción de alteridad, etc.). Para mí, ambos entran en la misma categoría, sólo por tratarse, a fin de cuentas, de sexo entre dos personas, no de sexo con uno mismo. Porque, además, el tener sexo con una persona del mismo sexo no significa, creo yo, que de arranque tengamos alguna ventaja en cuanto a conocer algo más de ese alguien solamente porque es de tu mismo sexo. Menciono esto último porque planteas que se puede fallar frente a lo desconocido, y creo que tener sexo con otro, sea del mismo sexo o de diferente sexo, igual tiene su cuota de lo inédito.
En fin, mi opinión, nada más. Fácil se me están escapando otros matices del asunto.
Muy interesante post.
Besos,
Analucía
Alejandro León Cannock dijo:
Buen punto, querida analucía. No obstante, planteo la diferencia porque, de hecho, indefectiblemente, son situaciones diferentes. Es verdad que las características nietzscheanas que aplico al «sexo heterosexual» pueden aplicarse al homosexual, sin embargo eso no elimina la diferencia entre ambos. No es igual tener relaciones con alguien de tu mismo sexo que hacerlo con alguien de otro sexo, por lo tanto, a pesar de que ambos constituyan alteridades enigmáticas, debe haber algo que los distinga. Es justamente esta singularidad diferencial la que habría que captar.
Además, recuerda que yo baso mi reflexión en la afirmación de Denegri sobre la funcionalidad o disfuncionalidad del sexo. Y, según lo que él plantea, el sexo homosexual es más funcional que el heterosexual. La cuestión es ¿por qué? Tal vez en la respuesta a este por qué radique la (no) diferencia por la que estamos intercambiando ideas.
Besos, A.
PIA dijo:
he leido cada palabra de ese artículo y me ha gustado mucho, pero me interesa la observación que te hace Analucia sobre el sexo homosexual, quizá puedas responderla, yo también la consideraría «nietzcheana» bajo tu prisma no la veo diferente a las relaciones hetero.
Y qué pasa -dentro de tu reflexión- cuando esa «idea» se instancia empíricamente??? :), es decir, cuando logramos realizar in concreto lo que postulamos como una Idea? en otras palabras cuando nos acostamos con aquello que hemos deseado desde mucho y fue fruto de nuestras fantasías?
besos mi querido filósofo
Alejandro León Cannock dijo:
Seee, querida tía, qué bueno que hayas leido mi blog, qué bueno que te haya gustado!!! 😉
Sobre la primera parte de tu comentario creo que ya dije lo que podía decir en la respuesta a analucía. Sobre lo segundo, se me ocurre que podríamos calificar esa instanciación empírica de la idea de la que has hablado como la popular «cachetada de lo real». Es decir, la realidad, en tanto real, siempre va a estar reñida con lo ideal. ¿Qué ocurre, entonces, cuando nos acostamos con nuestra fantasía? Bueno, que paulatinamente deja de ser ideal, y nos vamos dando cuenta de sus «fallas» hasta que llega un punto en que la abandonamos. Generalmente, cuando empezamos una relación, nuestra pareja es lo que más se parece al objeto de deseo ideal… y, después de un tiempo, termina siendo muchas veces el enemigo de esa posibilidad de fantasear. La relación concreta y efectiva hace de la fantasía un imposible.
Besos!! seeee, A.
elordi dijo:
no estoy informado de las ventajas y perjuicios de la masturbacionn, informame mas de ello
elordi dijo:
Bueno,a Niestzche hay que leerle con cuidado.Según Fromm,tenía sentimientos de debilidad que por formación reactiva produjeron el superhombre y su tendencia a la exageración es otra cualidad reactiva.Niestzche no era tan niestzcheano como se decía él mismo.La masturbación,se me ocurre,podría ser equivalente al eón,la frontera entre lo corporal y lo ideal,y según esta hipótesis,el platonismo no sería una característica de la masturbación.Es decir,lo ideal falla más de lo que tú piensas.La misma imperfección hay entre lo corporal y lo ideal.La matéria pesa,el ideal se cansa.Yo creo que la alteridad es la causa de la angustia que se siente después de la relación sexual,siempre más o menos lejana de la fraternidad que en ella se busca.
Abrazos.
alex dijo:
Hola,tengo una pregunta totalmente fuera de tema¡¡
Ando investigando sobre el concepto de CSO de Deleuze, pero hay algo en el queno termino de entender… esto se refiere a un objeto sin jerarquizacion,en donde todo puede ser y no ser? como en el caso de los androides que no tienen identidad especifica? seria eso un CSO?
Espero me puedas ayudar¡..saludos
Alex.
Karina Vidal Gutarra dijo:
En mi humilde opinión pienso que los seres humanos somos duales ,siempre vamos de un polo al otro, de lo real a lo ideal, de lo ideal a lo real, es eso lo que le da sentido a la vida. Según la enciclopedia y escrito literalmente, la voz masturbación deriva de una palabra compuesta por raíces griegas y latinas: mezea, que significa “pene”y “turba”, “alteración”, “perturbación”, “excitación”. Con lo que masturbación significaría «excitar el pene».Algunos señalan que procede del latín: manus stuprare (violar con la mano) o manus turbare (excitar con la mano).
La autoestimulación, suena más permisiva que “la masturbación”, me gusta llamarla así, le da una connotación positiva al acto en solitario. Este acto si bien nos produce placer al cuerpo y nos hace llegar hasta lo máximo,hasta un punto culminante; cuando termina no queda nada,sentimos un gran vacío, y estamos como al comienzo; lo que dices, que sentimos que algo le falta, no es otra cosa que el placer del alma y esto sólo se puede lograr sintiendo amor por la otra persona, compartiendo físicamente el gozo del cuerpo y también DEL ALMA. Sólo el amor puede ser capaz de tolerar lo falible del ser y como dice un guía espiritual: cuando estamos en presencia del verdadero amor , las fallas quedan de lado, pues todo se vuelve perfecto en un nivel espiritual elevado.
Saludos.
Ricardo Milla dijo:
El mundo verdadero se ha convertido en fábula. No hay más mundo ideal.
Y es mejor tener un orgasmo con otro cuerpo -a mi juicio.
Saludos,
Ricardo.
Alejandro León Cannock dijo:
Comparto tu juicio, Ricardo.
Estamos en contacto, A.
D dijo:
ta tarde mi comentario, pero ahí va:
por mi experiencia creo que la posible diferencia que sugieres
enttre el «sexo homo» y el «sexo hetero» (y si estamos es esas
entonces cómo sería con el «sexo trans», el «sexo intersexual…)
no me parece que haya como tal o bueno habría distinción,
pero no porque sean dos «tipos» de sexo, o sea, fundirse
con el otro siempre es diferente sea o no de tu mismo sexo.
siempre es aventurarse a lo insólito, al vaivén, al enredo…
entonces qué tal una cirugía lingüística, una operación sintáctica:
«las relaciones sexuales concretas con un ser humano son nietzscheanas» 🙂
no obstante, le doy vueltas al asunto y sigo sin entender a Denegri, pues no sé de qué podría depender que sea funcional
o no y que, además, marcaría La diferencia.
saludos,
D.
PD. siguiendo el tono de tu post: tu blog está exquisito.
Alejandro León Cannock dijo:
Hola D., ¡gracias por tu comentario! ¡Nunca había recibido uno tan elogioso! No me ha quedado muy clara tu «cirugía lingüíistica», ¿podrías aclarármela?
Saludos, Alejandro.
D dijo:
tampoco me ha quedado muy clara tu pregunta 🙂
¿exactamente qué no te quedó claro ?
D.
Alejandro León Cannock dijo:
Hola D., lo que no me quedó claro es a qué te refieres con la expresión «cirugía lingüíistica». No llego a captar el sentido de lo que propones…
A.
Karina Vidal Gutarra dijo:
Una corrección,en lugar de: escrito literalmente,es: escrito textualmente.
D dijo:
la expresión la usé para referirme a la alteración que hice a tu frase:»las relaciones sexuales concretas con un ser humano del sexo opuesto son nietzscheanas» (recordé a un profe que la usó pa explicar el quiebre saussureano). entonces, hice un «corte» y saqué» algo que me parecía de más: «sexo opuesto». ¿por qué? stop (antes: creo que se puede sentir atracción sexual por un hombre, mujer, transgénero,transexual…. independientemente ddel sexo, identidad de género, orientación… en tanto es un ser humano) pues lo que describes de una relación sexual hombre-mujer, podría atribuirse a la que se da en hombre-hombre, mujer-transg…
saludos,
D.
PD. felicitaaciones por el proyecto!
Gabriela dijo:
Nunca me había puesto a pensar en el trasfondo de lo que es la «masturbación», interesante de verdad. Creo que es la ‘vitalidad’ lo que hace que la vida sexual siga siendo activa y mucho más provocativa, como dices, uno siempre puede experimentar algo nuevo. Sin embargo, aún no me queda claro: ¿las relaciones sexuales necesariamente tiene que ser con el sexo opuesto para que se denominen ‘nietzscheanas’?.
En fin, seguiré indagando por tu blog, bonito post.
Pingback: La masturbación es platónica
rene dijo:
estimado alejandro.
cual es la diferencia entre filosofia moral y etica? el estudio de la moral sexual esta dentro de la etica o la filosofia moral?