Etiquetas

, , , ,


 

Entre el miércoles 3 y el viernes 5 de octubre (o sea, esta semana), en la Pontificia Universidad Católica del Perú se llevará a cabo el Congreso Internacional «Redes de la Filosofía. Filosofía en las Redes». A continuación les dejo la sumilla de la ponencia que presentaré el viernes 5 a las 3:oo pm. Compartiré la mesa con Victor J. Krebs, con quien intentaremos esbozar algunas ideas en torno a una posible «filosofía popular» (tema sobre el que vengo pensando hace algún tiempo: véase mi ensayo al respecto). Para más información sobre el congreso puede ingresar aquí. Para inscribirse directamente ingrese aquí.

 

TÍTULO:

SOBRE ÁRBOLES Y RIZOMAS. BOSQUEJO DE UNA FILOSOFÍA POPULAR

 

SUMILLA:

El objetivo de la presente ponencia es mostrar que lo más importante para la filosofía contemporánea no es cómo pensar (filosofar) en las redes, sino más bien cómo pensar en red. Aunque sutil en su formulación, la diferencia que separa ambas expresiones es capital: la primera plantea, en principio, la necesidad de determinar las estrategias adecuadas para llevar el modo tradicional de pensar de la filosofía al territorio de las redes; la segunda, en otra dirección, propone una mutación en la naturaleza y en el ejercicio mismo del pensamiento. Si bien lo primero es necesario, veremos que no es suficiente. ¿Por qué? Porque la (misma) filosofía -cerrada sobre sí para conservarse- solo establecería un lazo exterior entre su territorio y el de las redes, manteniendo así sus virtudes y sus vicios, dando con ello una falsa imagen de apertura para pensar lo otro. Por el contrario, pensar en red implicaría una mutación radical de la cartografía del pensamiento filosófico, independientemente si este se ejerce en las redes o fuera de ellas. Como veremos, el lugar desde (o en) el que se piense es secundario en relación al modo en que se ejerce el pensar. Por ello, se equivocan quienes piensan que ir a las redes es en sí misma una práctica vanguardista: estar en las redes no tiene nada que ver con la orientación de nuestro pensamiento, ya que este incluso desplazándose por aquellas puede seguir siendo dogmático. Por el contrario, veremos que un pensamiento digno de nuestro tiempo es aquel que ha quebrado su estructura, y liberado sus singularidades y sus potencias con la finalidad de devenir él mismo una red, entrando así en una perpetua relación con su afuera o, mejor, haciendo de lo abierto su elemento. La filosofía en red será, desde aquel momento, expresión de un pensamiento indisciplinario y popular.